…Al menos para las aves así apellidadas, por
que Papua Nueva Guinea desde luego no lo es para un occidental mínimamente
acomodado.
Durante un mes, Alberto García Ríos y el que
aquí escribe, hemos tenido el privilegio de viajar a un país caracterizado por
poseer una avifauna extraordinaria que suele dejarnos boquiabiertos cuando nos
la muestran en excelentes documentales de televisión. Es complicado observar
cada comportamiento que vemos en los documentales, pero ver a estas aves en
vivo y en directo es una experiencia inolvidable. Sin duda ahora veré dichos
documentales de forma muy diferente.
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Ave-del-paraíso
de Raggi (Paradisaea raggiana) Raggiana Bird-of-paradise.
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Viajar a Papua requiere ante todo un gran esfuerzo
económico, así como altas dosis de paciencia, tanto en la preparación como en
la ejecución del mismo. Otra opción es viajar mediante compañías
especializadas, pero el esfuerzo económico es aún mayor y además hay que
compartir tour con 8 y hasta 12 personas más. Inconveniente este que puede ser
suplido por la experiencia y conocimientos del “tour leader”.
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Todas las instalaciones aeroportuarias fueron tan escasas como las de la imagen, a excepción de la capital, Port Moresby,
y Tabubil, pueblo minero con gran inversión australiana. |
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Aeropuerto de Hoskins, Nueva Bretaña. Este fue, con diferencia, el avión más grande que tuvimos en vuelo interno. |
Este país, que poca gente de a pie logra
situar en el mapa, aún posee intacto un altísimo porcentaje de su territorio (80%,
aunque está incrementando aceleradamente su deforestación), y esto se debe a la
inaccesibilidad de la mayor parte de Papua Nueva Guinea. Esto se corrobora
fácilmente en los diferentes desplazamientos aéreos que hay que realizar por el
país.
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Esta imagen fue tomada desde el avión en el vuelo a Port Moresby desde Hoskins,
Nueva Bretaña. La degradación solo se apreciaba cerca de las grandes
poblaciones y áreas costeras. Gran parte del país continua intacto. |
Debido a la dificultad de moverse por el país,
se da la paradoja de que aún estando en un país con tanta naturaleza virgen, tu
solo puedes visitar las partes accesibles, que por ende son las más
transformadas. Aún así la observación de aves es aún reconfortante, pero, ¿Por
cuánto tiempo…?.
Como comento al principio, Papua no es un paraíso para un occidental. A
pesar de que los servicios que ofrecen al turista son en la mayor parte de los
casos básicos, el precio de los mismos es comparable a unos de buena o muy
buena calidad en Europa. Es decir, comodidades, cuando las hay, las justas.
Añade mosquitos y demás bichos succionadores de sangre, barro en cantidad
debido a unas lluvias que nos han acompañado durante demasiados días, las 30
horas necesarias para llegar a un país situado en la otra punta del mundo y
unos precios absurdamente caros (mínimo el doble) incluso en productos básicos
para un occidental. Desde luego, si no eres un aguerrido pajarero, Papua Nueva
Guinea no estará entre tus destinos preferentes.
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Este es el precio de estas "apetecibles" naranjas, 1 euro equivale aproximadamente a 3 Kinas... Hagan cuentas. |
La observación de aves en Papua no es tarea
fácil. Las aves son desconfiadas debido a que tradicionalmente se les ha dado
caza tanto para comida como para plumas para sus atuendos festivos. Si unimos a
esto una meteorología poco colaboradora, con cielos casi permanentemente
cubiertos cuando no precipitaban lluvia, la observación de aves era difícil y la
fotografía de calidad casi imposible, haciendo del telescopio un artículo
imprescindible para observar decentemente aves lejanas con malas condiciones
lumínicas y forzándonos a procesar las imágenes para mejorar en lo posible las
deficientes tomas. Evidentemente estas condiciones meteorológicas no son
permanentes, más bien tuvimos mala suerte. No obstante también hubo honrosas
excepciones a esta regla.
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Gura Sureña (Goura scheepmakeri) Southern Crowned-pigeon. Ketu River, Kiunga.
Este es un ejemplo de una foto con excesivo ruido, lejana, y cielos plomizos, después de ser
procesada con un programa fotográfico.
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Sin embargo la mayoría de las aves no parecen
estar, por el momento, amenazadas por esta persecución. La explicación es la
tradicional muy baja densidad de la ocupación humana del bosque, que ha
permitido una explotación del bosque en rotación, permitiendo la regeneración
del mismo y sus habitantes. No parece haber sucedido lo mismo con los
mamíferos, que perseguidos con la ayuda de perros, parecen haber tenido una
mayor presión cinegética que ha situado a un mayor número de especies en
niveles de conservación delicados.
Otra particularidad del país es que cada metro
cuadrado de territorio tiene dueño, y para permanecer en cada lugar necesitas
el consentimiento del propietario.
El sistema de pajareo entonces es el
siguiente: El guía, absolutamente imprescindible para moverse en este país,
sabe donde están las aves que interesan al viajero ornitólogo, vamos a la
“parcela” adecuada, y si vemos el ave en cuestión se paga una tasa al dueño, 10
Kinas, algo más de 3 euros. Esto permite al dueño sacar más beneficio del ave
que si lo cazara, e incluso que lo tenga debidamente controlado para poder
mostrárselo al turista, pues si no se ve no se paga. Incluso cuando se pajarea
a lo largo de una carretera, parece que este sistema funciona igual, pero la
tasa ya está incluida en el paquete alojamiento-guía-transporte. Queda
evidencia de esto cuando preguntas por que se pajarea aquí y no en otro lugar
aparentemente similar.
Los lugares visitados fueron Nueva Bretaña,
una isla al noreste con avifauna característica, la mayor del archipiélago de
Bismark. El lugar más confortable, realmente lujoso, del viaje, y unos de los
mejores lugares del mundo para el buceo o snorkel.
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Cabaña de Walindi Plantation Resort, alojamiento de lujo dedicado principalmente a submarinistas
pero frecuentado también por ornitólogos. |
Esta isla también tiene un alto porcentaje de naturaleza intacta, pero queda muy poco del bosque tropical de llanura, que ha sido sustituido por enormes plantaciones de palma de aceite. Aunque en esta isla no nos llovió e incluso llegó a hacer sol y mucho calor, también tuvimos buena parte del tiempo de pajareo encapotado.
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Playa de "desembarque" de Restoff Island, en la bahía de Kimbe, Nueva Bretaña. Aquí me quede disfrutando en soledad
mientras los demás practicaban submarinismo. |
En las cercanías de Port Moresby visitamos el
Parque Nacional Varirata y el bosque tropical seco con sabana más o menos
arbustiva en las proximidades de Brown River y el pueblo de Hisiu, entre las
estériles plantaciones de teka y sobre todo caucho. Solo en esta zona el buen tiempo y las buenas
oportunidades fotográficas predominaron.
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Vista desde un mirador del Parque Nacional Varirata. Habitat sabanoide típico de las áreas aledañas a Port Moresby,
la parte más seca de Papua Nueva Guinea. |
Tari y Mount Hagen están situados en la parte montañosa del país, con altitudes entre 2000 y 3000 m.
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Tari Gap. Aproximadamente a 2800 metros s.n.m. e inicio de un área de páramo característico de la montañas centrales. En estas zonas, en los años 30 del siglo pasado, aventureros en busca de oro, encontraron a una población indígena aislada de aproximadamente un millón de personas |
Aquí casi todas las aves son endémicas y
especialmente en Tari, la gente aún es muy “auténtica”. Por supuesto la
globalización lo invade todo, pero hace tan solo 3 generaciones esta población
estaba inmersa en la edad de piedra.
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Descansando en la hierba. |
Eso marca a esta gente que en buena medida viven de
una forma aún muy tradicional, aunque sus atuendos tradicionales solo los
mantienen unos pocos y en sus celebraciones, y normalmente visten con ropa
occidental, eso sí vieja y raída, con un alto porcentaje de gente descalza,
especialmente niños, en una comarca con temperaturas mínimas de 8 a 10 ºC durante nuestra
estancia.
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Pocos habitantes mantienen el atuendo tradicional. A pesar del sombrero
australiano y el chaleco de forro polar, este paisano sigue manteniendo su
autenticidad. El paraguas se ha transformado en un utensilio de primera
necesidad en estas lluviosas tierras. |
El segundo fin de semana de Agosto se celebra
en Mount Hagen un festival donde acuden las distintas tribus con sus atuendos y
representaciones tradicionales. Sin duda el espectáculo debe de ser
inolvidable, pero lamentablemente nuestra estancia en la zona finalizó 3
semanas antes. Afortunadamente en Tari, por un puñado de Kinas, los Huli
Wigmen, se visten y maquillan de modo tradicional con sus plumas de ave del
paraíso, para interpretar su baile, el singsing, para deleite de los turistas y
fotógrafos.
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Actuación de Singsing con la que nos deleitaron estos amables pero serios Huli Wigmen.
Seriedad ocasionada sin duda por la incipiente lluvia que podría estropear sus tocados. |
El pueblo minero de Tabubil, fue otro de
nuestros destinos. Aunque las partes visitadas no eran todo lo paradisíacas que
hubiésemos deseado, una visita a esta área es imprescindible para observar
determinadas especies que habitan esta zona situada a mitad de camino entre la
llanura y la alta montaña.
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Dabling Creek. Lugar frecuentado por ornitólogos en busca de algunas especialidades que lamentablemente
comenzado a sufrir el "hacha" de algún asentamiento reciente. |
Kiunga es un pueblo asociado a la minería de
Tabubil. A una altitud de 64
metros s.n.m es el punto donde los minerales salen del
país a través del río Fly. Este río navegable nos permite llegar a la parte más
salvaje del país que hemos visitado, el río Ketu, afluente de Elevara, que a su
vez tributa en el Fly. Aquí nos esperaban algunas de las especies más
espectaculares del viaje. Los alrededores de Kiunga, aunque no tan prístinos,
nos permitieron mejorar las observaciones de algunas de las especies vistas en
los ríos, además de añadir otras no menos interesantes.
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Poblado junto al río Elevara. |
En total, alrededor de 300 especies de aves
observadas, entre ellas 20-21 Aves del Paraíso, y diversos loros, palomas, martines pescadores y pitas, que no
desmerecen para nada a esta exótica familia.
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Dúcula Cerarroja (Ducula rubricera) Red-knobbed Imperial-pigeon. |
Esta entrada es una introducción a una serie
que titularé “Paraíso Papú”, donde iré mostrando diferentes grupos de aves,
flora, gentes, datos de interés, con fotos de desigual calidad, tanto mías como
de Alberto García Ríos y vídeos de este último que aportan otra dimensión de
las especies observadas, incluido un comportamiento de un ave que aún no he
encontrado descrito en la bibliografía de referencia.
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Dos especies con aspecto de palmeras aunque nada tienen que ver con ellas, el Pandanus a la izquierda y los Helechos
arborescentes a la derecha. |